El día más nuevo.

El sol disparo su tibia esperma en el horizonte, en una inyección que se esparció sigilosa entre las paredes de la atmosfera. Mientras el ambiente fragmentaba la esencia natural de la vida y el azul tornasol hacia grafittis en cielo, el capullo floreal abre sus tiernos pétalos en son del nacimiento, aromatizando con el polen de su elixir un cordón humano. Aunque retumba un sonido poco musical en la escena, la belleza se integra, buscando su lugar en el mundo. El alma se hace materia, y la sonrisa se convierte en un regalo, que toma forma en fracciones de segundos.

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